Sin la valentía de adentrarse a ese universo de terminaciones nerviosas
y conocer el origen,
el origen del bien,
el origen del mal,
el origen de lo que te hace reir,
llorar o escribir.
Se paran en el rímel de tu pestaña
sin percatarse del iris de tu mirada,
Babean al ritmo de tus tacones
sin ver más allá que un vaquero ceñido.
sin ver más allá que un vaquero ceñido.
Homo sapiens que no piensa
y actúa más como homo que como sapiens.
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