Relato 74
"Anoche fui al aeropuerto donde aterrizan tus sueños...
Distraída en el tráfico de sus alturas,
mi aferrada esperanza de volver a verte permanecía intacta.
Finalmente, tras un largo silencio y sin ningún aterrizaje que festejar,
Morfeo se dirigió a mí.
Muy amablemente se acercó para informarme
de que ya no frecuentabas aquel onírico lugar
y que lejanamente atrás,
habían quedado las noches en las que como fiel holograma del deseo,
aterrizábamos juntos.
Sorprendida por la inesperada noticia pensé en acercarme al mostrador
de "Quejas y Reclamaciones" para exigir la devolución
de mi tiempo, de las ganas y la ilusión perdida.
Pero logré contener ese ímpetu...
Y por una vez, un atisbo de lucidez me iluminó
haciéndome entender que siendo parte... no podía ser juez.
Asumí que he sido cómplice en este asesinato a nuestra calma
y que en esta Vida, ni se Pierde ni se Gana.
Sólo se Aprende."
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