Relato 62
Déjame decirte que anoche, sí volví a buscarte.
No pude evitar la tentación.
Salí a tu encuentro y escondida entre la multitud observé cómo me llamabas.
Fui incapaz de llegar hasta ti.
A tan sólo unos metros, me quedé inmóvil ... mirándote.
Invadida, bloqueada, retenida, inmovilizada por el maldito miedo.
La gente me golpeaba con sus prisas y yo... inerte... fuera de mí,
cuerpo muerto, siento la consecuencia de mi terca decisión.
¿Cuánto Miedo alberga el alma para dejarse perder un Sueño?
Pude ver cómo cambiaba tu rostro y se helaba poco a poco, llamada tras llamada.
Cómo la desilusión borraba tu sonrisa.
Lo Siento. Soy un cobarde.
No pude enfrentarme a ti, ni a todo lo que provocas.
Preferí hacerte creer que transitas en mi indiferencia antes que afrontar otras realidades.
Quizás en otra vida encuentre el coraje o lenguaje apropiado para explicarte
Toda mi Verdad y Ojalá todavía, seas tú quien me quiera mirar."
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