Relato 258
Como el que tiene un ventanal con vistas al mar, y cada mañana al levantarse, mientras se despereza y la cafeína despierta...
lo mira, lo disfruta y se recrea.
Sin pensar en la distancia, en el vacío que se crea ni en el vértigo que se genera, lo observa.
Proyecta recuerdos y revive emociones.
Así guardo fotos, vídeos, postales, resguardos de entradas, panfletos de publicidad, el ticket de aquella cena; papeles tontos que no dicen nada a ojos ajenos,
trozos de papel que pesan y valen más por lo que representan,
donde su valía radica en lo que evoca,
no en lo que es...
y tú, tienes algún ventanal por el que viajar a diario?
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