“He escuchado todo tipo de canciones,
de instrumentales a líricas, de clásicos a nuevos hits,
de melódicos pianos a estridentes eléctricas;
he disfrutado conciertos, directos, unplugged de Mtv y hasta orquestas de calle en las fiestas del pueblo,
sin embargo he de confesar que una de las melodías más bellas es el silencio de tu discurso.
Allá donde el lenguaje no alcanza
y se rinde a la emoción,
la deja que baile y vuele,
gaviota de altos vuelos,
que gira y rota en el danzar de su sentir.
Me miras y callas,
mientras tus ojos incrédulos recorren en círculo mis pupilas;
como si descifraras un código,
un enigma,
leyeras un mapa o constataras una verdad.
Hablo de esa melodía de cuando hablas sin querer,
sin poder evitarlo pero no articulas palabra.
Escucho acordes nuevos,
registros de claves distintas;
un sonido único, mágico, envolvente y trepidante,
del que no quiero ni puedo escapar.
Me atrapa.
Entonces tu susurro,
un leve suspiro.
Todo.
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