Relato 177
Vomitar en forma de tinta negra toda la rabia contenida
durante los tiempos sin medida,
mientras fuiste el límite a tu existencia.
Expulsar para Sanar los gritos, el silencio, lo inicuo y lo malvado.
Desahuciar la buena educación, los modales y el “Saber Estar” todo ello en forma literaria.
Escribir, escribir y no parar de escribir para contrarrestar la continencia verbal,
asimilada, aquirida por supervivencia,
aprendida en la paciencia
e imitada por templanza.
Liberar los tacos, las palabras mal sonantes, el corte de mangas y ordinarieces varias.
Narrar, contar, relatar y expresar en letras lo que se escapa a tus ojos, redondos, de embrujo, miedosos y enmudecidos.
Ponerle nombre al “Sentir”,
al erizo del vello, al revuelo del cabello,
limitar en tu lengua con fonemas pero a su vez extender , maximizar, magnificar,
ensalzar y glorificar...
Darle vueltas a una idea sin llegar a concluir en Nada, porque de eso va la Vida,
de Todo y a veces de Nada...
de planes que rehacer,
decisiones que temer y tomar,
de historias por llegar, y de Soñar,
la Vida también va de Soñar,
alto, claro y bonito...
hasta que duelan los párpados,
hasta que se haga Realidad,
hasta que sea una Verdad. Tu Verdad.
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