Relato 282
Un día de estos,
quizás,
le bajamos tres puntos al orgullo y se los subimos a la empatía.
Un día de estos y todos a la vez, entendemos que el que siente cuando siente, siente cosas que sólo se pueden sentir, ni decir ni explicar.
Sentir,
que no es lo mismo que contar o ahondar, que te pierdes en verbos que no alcanzan el pálpito de un latido;
el erizo de la piel;
la mano nerviosa y el nervio perenne en el pulso;
el discurso entrecortado y las manos que no atinan…
Un día de estos,
te contaré y ni así lo entenderás,
que se agotan los vocablos, los idiomas y las señales;
que no se trata de “Ser o no Ser”,
que ni Shakespeare encontró lugar para definirlo.
Se llama Sentir.
A veces pienso que sólo Lope lo entendería.
Un día de estos…
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