Relato 273
Dicen que al cerrarse una puerta se abre una ventana;
pero esta vez imagina un ventanal,
con vistas al mar;
imagina que el ruido de sus olas te mece y calma,
que hasta las noches de tormenta no son tormenta,
son un delirio de agua y viento.
Naturaleza brava en estado puro,
la sal incrustada en cada oxígeno vivo se posa en tu dermis para salarla,
para curarla.
un ventanal tan amplio y hermoso como las mismas opciones de la vida entera;
ventanal de vértigo,
sólo apto para valientes.
Cantos de sirena al dormirte,
como la canción,
una nueva melodía de sueños nuevos,
de otros mares...
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