martes, 15 de diciembre de 2020

Relato 263


Relato 263


Yo quise salvarla, como quien se salva a sí mismo de un atropello, 

como si la misma vida se me fuera en ella.

Quise salvarla de todas las aguas que inundaban su alma, 

quise ponerle en tierra firme y secarle el llanto; 

puse todo mi empeño por arrastrarla con mi brazada endeble pero firme.

Lo juro.


No faltaron intentos o gritos que le despertaran de su desgana, 

pero hubo algo ...

Algo que heló mi ímpetu, lo volatilizó a fuerza de frío polar y se esfumó, 

como si nunca hubiera estado allí.

Y allí, parada, detenida en los hilos de los tiempos sin medida, 

decidí “NO” hacer.

A menudo se nos juzga por todo aquello que hacemos, que decimos, 

o expresamos; 

se nos juzga por hacer pasando inadvertida la enorme

 y sabia contención que conlleva el “NO” hacer. 

Así en mayúsculas, 

porque muchas veces un “NO” te define más por ser un épico deshacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario