Relato 262
El primero del último.
has sido tan intenso,
que voy a empezar a despedirme con tiempo,
para decirte todo aquello que invade, para soltar lastre,
para sentirme flotar y con suerte, algo de ingravidez;
me has robado de una manera vil, dañina y mortal mi título de “intensita”.
Así serás recordado por todos.
Y en este punto, a cuatro pasos de la despedida, a tres pueblos del final, a dos besos de poner un fin,
a un abrazo que no se dará;
como quien ve luz al final del túnel,
como quien nunca pierde la esperanza porque es lo último que se pierde y porque ella es tan irreflexiva como irreverente,
tan inapropiada otras tantas veces...
Así, sin demasiadas razones que la sustenten y con otras muchas para sí albergarla...
El primero del último, con esperanza.
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