domingo, 30 de agosto de 2020

Relato 250


Relato 250


 Lo guarda Lorenzo en sus perseidas.

Aquella noche lloró como ningún otro agosto y, 

en la bondad del que ayuda como acto reflejo, 

decidió custodiar los recuerdos, los momentos, 

aquel intanste y aquella risa; 

aquella mirada, ese tal vez y la última caricia; 


La dureza de un futuro nada fácil y 

los eternos indelebles cautivaron a Lorenzo y a sus lágrimas.

Allá en sus meteoros, suspendidos en el aire, 

como cápsulas del tiempo se han quedado los “te quiero” callados, 

el apelativo más cariñoso y un beso en la frente.


Si miras al cielo una noche estrellada, 

puede que el firmamento te cuente 

una de las historias más bonitas de recordar 

y te bañe todo el amor que la hizo real.

En sus perseidas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario