Y no será hasta que intentes moverte de nuevo
cuando compruebes lo anquilosados que están tus músculos,
tu corazón de latido carece,
tus piernas andar no pueden y
tu cuello a tu cabeza no sostiene.
Ahí, comprobarás la frase que habla de la tormenta y sus efectos...
Sí, llega la calma, es cierto...
pero también llega tu nuevo Yo.
A este, siendo el mismo envase,
no le conozco.
Misma cara, mismo cuerpo pero mirada mutada.
No me reconozco ...
este calla y aguarda,
mira, observa, frena y se detiene.
Aguanta cual terco haciendo alarde de una paciencia infinita, inusitada.
Cela, decide, elige y destaca...
...No te puedes permitir caer tanto,
lo que No mata te hace más fuerte...
pero llevamos camino de ser Inmortal.”
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